Yo esgrimiría la mejor de mis sonrisas si la infertilidad masculina fuera una epidemia que de súbito se generalizara en esos hombres sin hombría y sin pudor en el sexo, que son los sembradores de hijos a los que no llegan ni siquiera conocer. Es deplorable la actitud de ciertos psicólogos, que atenúan la culpa de la paternidad irresponsable, aduciendo que se trata de individuos marginados que huyen por su incapacidad para soportar la presencia del niño al que no puede mantener.
Si estos fuera cierto, habría que preguntarles la causa de que no pensaran en eso en el momento en que los estaban engendrando o la razón de sus reincidencias en dañar a unas y otras ingenuas. Yo sé del caso de uno de estos padrotes de arrabal, que ante el consejo de una trabajadora social para que se ocupará de sus hijos, dijo que él ganaba poco y que como era responsable no iba a atrasarse en los giros de su carro.
Esto revela que no sólo es por falta de medios que esos sujetos abandonan a su prole. Se trata de que han aprendido también las lecciones del consumismo, que le dan prioridad a sus compromisos con las cosas mientras posponen los de carácter humano. A esta casta se añade la de sujetos acomodados que riegan hijos por todas partes, como una demostración de los privilegios que le dan sus reales. No creo que este comportamiento pueda achacarse a la ignorancia o a falta de educación porque los animales no tienen ninguna.
1 comentario:
si bien pueden esgrimirse razones para justificar este hecho se ha dejado de lado el rol de la experiencia para el aprendizaje por lo tanto la incapacidad para asumir la responsabilidad por como se actua...... y si el ser humano no aprende de la experiencia entonces de que desarrollo estamos hablando...... al tacho con estos indeseables
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